Antes de poder realizar la intervención quirúrgica, es necesario practicar una serie de pruebas y preparativos tanto de tipo general, como del propio ojo, con el fin de evitar en lo posible situaciones imprevistas que pudieran acarrear complicaciones en los resultados quirúrgicos.
Unos días antes de su intervención quirúrgica se realizará una ecografía ocular, para poder determinar, por medición ultrasónica, la potencia y características del cristalino artificial que se le deberá implantar en el acto quirúrgico.
El día anterior a la cirugía, se deberán administrar en el ojo que ha de ser intervenido unas gotas de colirio que reducirá las reacciones inflamatorias propias de la quirúrgica, y un colirio antibiótico.
1. La intervención dura entre 2 y 3 minutos por ojo y se lleva a cabo con anestesia tópica (gotas).
2. Se coloca un anillo sobre el ojo con el fin de mantenerlo sujeto y de darle presión. En este momento la visión se hace muy borrosa llegando a veces a desaparecer por completo.
3. Una vez anestesiado el ojo y por lo tanto, eliminada la sensación de dolor, se realiza una micro incisión en el extremo de la cornea a través de la cual introduciremos el cristalino artificial multifoco. Esta lente se colocará precisamente en el interior del saco del cristalino, de forma que estará situada en el mismo lugar que el cristalino natural.
4. Una vez comprobada la correcta colocación de la lente intraocular y de que la incisión se comporta como válvula estanca, se administra un colirio oftalmológico antiinflamatorio y antibiótico y se dejará el ojo destapado.
El mismo día de la cirugía, es común que la visión esté borrosa o nublada, pero al día siguiente mejora.
En la primera consulta después de la cirugía, se retira el protector ocular y el médico examinará el ojo y probará la visión.
De dos a cuatro semanas después de la cirugía, se debe evitar la natación,, los hidromasajes, los deportes de contacto, las lociones, las cremas y el maquillaje de ojos. El médico le dará instrucciones específicas al respecto.